AsÍ como el atleta.
Mi cuerpo es como un pájaro.
Me alzo sobre una cordillera de gorriones.
Las alas me empujaron en el salto, se me llenó la carne de motores.
Hoy he vuelto a la vida.
Libre, gano mi oficio milagroso de ser hombre.
He tocado una nube con mis brazos y le he robado al águila su polen.
Quise sentir el mundo, lo delgado del límite del día con la noche.
Corrí sobre la pista del milagro indagando el secreto del azogue.
Debí de ser gacela, ardilla, gamo perseguidor del aire de los bosques.
Mi pecho respiraba como un campo lastimado de músicas y flores.
Luché contra el equipo de los nardos y el fuego de amarillos girasoles.
Competí con la pluma de los pájaros y el latido voraz de los relojes.
Sin sentir en los músculos cansancio llegué, libre, a la meta.
Desde entonces traigo una lluvia nueva entre mis párpados.
¿Fui yo? Nadie creyera.
El horizonte se me llenó de cánticos y aplausos.
Hoy le vencí a la vida en el deporte de alcanzar la alegría con las manos.
Fuente: "Tierra de nadie"
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