domingo, 19 de enero de 2014

EL ADIOS A UN GIGANTE: GERARDO BONNHOFF


Tenía 87 años. Había nacido en Berlín, el 24 de junio de 1926. Pero llegó al país con apenas diez años, con una familia de inmigrantes (su padre era joyero), quienes buscaban aquí su mejor destino. Apenas comenzó a brillar en las pistas, Gerardo obtuvo la nacionalidad argentina, representó al país en las competencias durante casi dos décadas, logró múltiples títulos y fue finalista olímpico. Y después de dejar un impresionante legado como atleta -uno de los más grandes de nuestra velocidad, y nuestra historia- prolongó su actividad junto al atletismo argentino, como dirigente, periodista, estadístico e impulsor en todos los aspectos.
Gerardo Bönnhoff residía en El Palomar, había sufrido últimamente algunos problemas de salud y falleció el 26 de diciembre de 2013.
---
La campaña atlética de Bönnnhoff estuvo signada tanto por sus notables registros como por su calidad y despliegue en las competencias internacionales.
Desde sus comienzos contó con la conducción de uno de los mejores entrenadores de nuestra historia -Don Pablo Seeger- en la Sociedad Alemana de Vicente López y siempre recuerdan los preparativos, en difíciles condiciones técnicas, hasta en improvisadas pistas de tierra sobre Belgrano. Pero Bönnhoff vivió la época dorada del atletismo argentino, más que ello, fue protagonista fundamental de la misma (desde mediados de la década del ´40) y dejó maravillosas páginas entre los velocistas. Heredero de otros grandes, como Juan Bautista Pina y Carlos Bianchi Luti (finalista olímpico de los 200 en Los Angeles, prematuramente malogrado), contemporáneo, rival y amigo de Adelio Márquez, y predecesor de los más recientes Andrés "Pelusa" Calonge o Carlos Gats, todos unidos en cuánto a sus dotes para el sprint y su pasión atlética.
Bönnhoff descolló desde sus comienzos en la velocidad. Y una de sus páginas más gloriosas se escribió el 1 de diciembre de 1945 en la pista de Gimnasia y Esgrima, en Palermo. Allí, por la final del Campeonato Nacional, consiguió los 10 segundos y 3 décimas que batían el récord sudamericano (junto a Adelio lo habían igualado con 10s4 en el Nacional del 44) y quedaban apenas a una décima de la plusmarca mundial del fabuloso Jesse Owens. Bönnhoff obtuvo esa carrera, con una décima por delante de Adelio Márquez, mientras que Carlos Isaack marcaba 10s5 para el tercer puesto.
Los 10s.3 de Bönnhoff también significaron la plusmarca mundial junior (lista que no se llevaba por aquella época), pero recién fueron reconocidos como tope nacional y sudamericano algunos meses más tarde, cuando se le concedió la nacionalidad argentina. Hay que agregar que dichos 10s.3 sobrevieron, como tope argentino con cronometraje manual... durante 49 años, hasta que Carlos Gats logró 10s2 en Rieti (Italia), en 1994. Recién en 1968, Andrés "Pelusa" Calonge había conseguido igualar el registro de Bönnhoff...
Otra de sus grandes marcas fueron los 21s3 como récord nacional de los 200 llanos, logrados el 28 de setiembre de 1947 en la misma pista de GEBA, durante el torneo Primavera, y que igualaban el récord nacional de Márquez. Recién en 1961, Luis Vienna consiguó reducir dicho registro a 21s0.
Pero la máxima actuación internacional de Bönnhoff fue su acceso a la final olímpica de los 200 metros llanos en los Juegos de Helsinki, en 1952. Ya había debutado como olímpico en Londres (1948) quedando en los cuartos de final, tanto sobre 100 como 200 llanos. Pero entre los más de 70 participantes en 200 se dio el gusto de escalar paso a paso. Ganó su serie con 21s72 (de acuerdo a la actual conversión electrónica) y también prevaleció en cuartos de final con 21s67. El momento decisivo se produjo en semifinales, al ocupar el tercer sitio con 21s75, dejando entre los eliminados a uno de los favoritos, el bicampeón panamericano Rafael Fortún Chacón (Cuba).
Bönnhoff fue sexto en dicha final con 21s59 (tiempo electrónico por la conversión actual), en una prueba donde los 20s7 manuales del estadounidense Andy Stanfield igualaban el récord olímpico de Owens. Otros dos representantes USA compeltaron el podio: Tahne Baker y Jim Gather, ambos con 20s8. Y el triniteño (representante británico) McDonald Baker fue cuarto con 21s0, dos décimas por delante del jamaiquino Les Laing.
Pero Bönnhoff tuvo una contribución muy importante para los equipos nacionales, sobre todo en los Campeonatos Sudamericanos. De hecho, sus triunfos fueron los últimos obtenidos por un velocista de la Argentina hasta que Gats logró los 100 llanos del Ibero 94, cuatro décadas más tarde. Bönnhoff pudo debutar en el Sudamericano de Rio, en 1947, ganando los 100 metros y escoltando en 200 al astro de las vallas, Alberto Triulzi, con quien posteriormente se unieron para dominar la posta corta. Dos años después, en Lima, Bönnhoff no pudo atravesar las series de velocidad, y sólo se llevó la medalla de plata con la posta. Pero en Buenos Aires (1952) y en el estadio de River, fue una de las figuras de la Selección que obtuvo el título en el puntaje conjunto. Tras escoltar al peruano Gerardo Salazar en la final de los 100 metros, se llevó el título en 200 y la posta 4x100, además de medalla de plata con la posta larga. Un año más tarde hizo doblete (100, 200) en el Sudamericano "Extra" de Santiago. Y en esa misma ciudad, fue medalla de plata en 200 y bronce en 200 durante el Sudamericano de 1956, donde también fue subcampeón con la posta corta y bronce con la larga.
Con esa cosecha es, por supuesto, uno de los más exitosos atletas argentinos en el historial de los Sudamericanos. Inclusive, se dio el gusto de participar en los primeros Iberoamericanos (Santiago 1960), donde ya tenía 34 años y demostraba su vigencia, quedando semifinalista en los 200, y quinto en ambos relevos.
También participó en las primeras ediciones de los Juegos Panamericanos. En Buenos Aires (1951) logró la medalla de bronce de la posta corta, junto a Lapuente, Acosta y Marquez. Fue semifinalista del hectómetro y cuarto en los 200 llanos con 21s9, pruebas ambas ganadas por el mencionado Fortún Chacón, de Cuba. Cuatro años más tarde, en México, Bönnhoff alcanzó las semifinales en 200 y el cuarto lugar con la posta corta.
Por supuesto que Bönnhoff -popularmente apodado "Laucha" en el ambiente atlético- tuvo un rol decisivo en los Campeonatos Nacionales de su tiempo. Y hasta el día de hoy, su cosecha total de 27 títulos en la categoría superior (15 en forma individual, 9 en los relevos) no ha sido igualada por ningún otro atleta. Hizo su aparición en los Nacionales de Cadetes de 1942, donde fue campeón en 200 y subcampeón de 100, para llevarse ambos títulos en la temporada siguiente. Pero enseguida comenzaría su "colección" entre los mayores, con aquel punto cumbre que significó el Nacional del 45 en la pista de GEBA. Bönnhoff dominó los 100 llanos de los Nacionales entre 1945 y 1953, acumulando seis conquistas, y sumando otras nueve en los 200 llanos (desde 1945... hasta 1960).
Más allá de marcas y títulos, Bönnhoff tenía una gran pasión atlética, que se extendió hasta el final de su vida. Fue uno de los fundadores del Club Argentino de Atletismo, entidad que llegó a presidir, y que promovió torneos clásicos como el Juventud-Enrique Townsend y el Pablo Seeger, además de contar con algunos de los mejores valores de nuestro deporte (desde Juan Stocker y Eduardo Balducci hasta Tito Steiner, por citar ejemplos). Se ocupó de la divulgación de nuestro deporte, escribiendo para Clarín, El Gráfico y La Prensa, entre otros medios nacionales, y fundando -y encabezando- la revista especializada A Sus Marcas, convertida ya con más de medio siglo en el verdadero archivo y patrimonio histórico del atletismo argentino. Fue corresponsal de medios como la prestigiosa revista Leichtathletik de Alemania y representante de nuestra región en la Asociación Mundial de Estadísticos. Fue uno de los grandes impulsores de la estadística y la recopilación histórica del atletismo argentino y sudamericano. Y promotor del atletismo en las divisiones formativas, sobre todo a través del recordado torneo escolar Billiken, que convocaban a decenas de miles de chicos durante la déacada del 60.
Allí volcaba lo que él comprendía como el verdadero sentido del deporte, en cuánto a la formación de valores y a la educación. Y lo hizo con la misma pasión con la que, también, a pesar de su humildad personal o escasos medios, se dio el gusto de presenciar otras ediciones de los Juegos Olímpicos, cuando ya su tiempo de velocista era solo un recuerdo.
En esta hora de la despedida, el atletismo argentino lo recuerda con emoción y agradecimiento. Y la CADA le transmite su sentimiento y su recuerdo a todos sus familiares, allegados y amigos.
 
CADA Confederación Argentina de AtletismoProgramación: Mariano Bini - Diseño y Maquetado: Federico Díaz