viernes, 23 de noviembre de 2012

Sotomayor, una gloria del atletismo en Buenos Aires

El cubano, mejor saltador en alto de la historia, pasó por Buenos Aires. Contó que, al igual que en Argentina, el público de su país es demasiado exitista. Y dijo que prefiere a Messi antes que a Cristiano Ronaldo.

Javier Sotomayor se siente más que una gloria del atletismo. Cuenta en su haber con dos títulos mundiales, con la medalla dorada de Barcelona 1992 y la plateada en Sydney 2000, siempre en salto en alto. Y con el record absoluto en la especialidad con 2,45 metros. Sin embargo, su sentimiento excede las marcas deportivas y se enlaza con el amor por su patria. "Los deportistas cubanos nos sentimos embajadores en todo el mundo", explicó durante su disertación en el primer Congreso de Líderes Deportivos en Buenos Aires.
Sotomayor tiene sus venas cargadas de amor por el deporte. Sin embargo, la actividad que lo cautivaba de pequeño no fue aquella que lo catapultó al salón de las glorias del olimpismo. Porque así como Michael Phelps temía al agua y luego se encargó de pulverizar todas las marcas dentro de una piscina, el mejor saltador de altura de todos los tiempos tenía otras preferencias. "No quería ser saltador, me gustaban las carreras", contó en su corto paso por Argentina.
Y recordó: "Fue mi abuelo quien me insistió para que fuera saltador. Me decía que siguiera los consejos de mis entrenadores que por algo me lo señalaban".
El tiempo le dio la razón a su abuelo. Porque Sotomayor consiguió con 16 años el record mundial de cadetes al saltar 2,33 metros, lo que el considera su logro más difícil de obtener. Y porque en 1988 saltó 2,43 metros en un meeting de Salamanca, más alto de lo que cualquier atleta lo hubiera hecho antes. Y un año después le agregó otro centímetro a su record durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Puerto Rico. En 1993 dejó la marca en su número actual: 2,45 metros, otra vez en Salamanca.
"No sé por qué no hay grandes resultados en el salto en alto de hoy (en 2012 el ruso Ivan Ukhov fue campeón olímpico con 2,38 metros). Lo que si sé es que en mi época había grandes saltadores y agradezco eso, porque me obligó a exigirme más y realizar mejores actuaciones para ganar. En el 1988 no pensé que 24 años después continuaría con el orgullo de ser record mundial", explicó Sotomayor a la prensa.
No obstante que ese mismo 1988 dejó una espina en Sotomayor. Por el boicot cubano a los Juegos de Seúl, el atleta debió esperar cuatro años más para subirse a lo más alto del podio olímpico.
"Hasta Barcelona fueron 4 años muy duros. En el medio murió mi entrenador y tuve varias lesiones. De todas las competencias que tuve, fue la que más ansiedad y nerviosismo sufrí" contó a Clarín.com luego de su disertación. Y explicó: El día antes de la competencia no me podía dormir. Miré el reloj y eran las 4 de la mañana. Por suerte las competencias fueron tarde y pude descansar bien".
De todas maneras, más allá de todos sus logros y trofeos, Sotomayor señaló con seguridad: "Los niños que me siguen hoy son el mejor premio que podría tener".
Claro que A pesar de todo el respeto que Sotomayor se ha ganado en su país a base de logros deportivos lo ha eximido de las críticas de los exitistas. Porque, como en Argentina, los cubanos también castigan con dureza cualquier resultado que no responda a sus altas expectativas. "En mi país son iguales. Cuando gané la medalla de plata en el Campeonato Mundial de Gotenburgo en 1995 fue como si no hubiera ganado nada. Esto es algo que duele a los deportistas", explicó.
El presente del deporte cubano
Ahora, Sotomayor se encarga de entrenar a la selección de atletismo cubano y a compartir sus vivencias junto a otros grandes deportistas que ha tenido la isla. Y es desde ese lugar que, tras disertar, contó a Clarín.com su balance de los últimos Juegos Olímpicos. "En el caso de nuestro país, no tuvimos el mejor resultado. Sólo 5 medallas de oro que nos dejaron, si mal no recuerdo, en el 16° lugar cuando nuestras intenciones eran mejores". Sin embargo, el horizonte se muestra esperanzador para Sotomayor: "Tenemos atletas jóvenes muy talentosos, que pueden llegar muy bien a Rio de Janeiro", señaló en referencia a los Juegos Olímpicos del 2016.
Al margen de los Juegos de Londres, los últimos meses fueron especiales para Cuba desde la constante apertura económica y el permiso desde 2013 para salir del país sin autorización del gobierno. Sotomayor destaca al respecto que "cada vez que haya un cambio que sea para bien el pueblo cubano lo apoyaré, siempre que sea paulatino". Y adelantó: "Con toda seguridad seguirán habiendo cambios".
De todas maneras, mientras los vientos de cambio soplan por Cuba, el fútbol gana adeptos en un país con poca tradición en el deporte más popular del mundo. Y las controversias futboleras que son propias de todo el planeta ya han llegado a la isla, tal como lo contó Sotomayor
Fuente: Diario Clarin