Historias de los Juegos Olímpicos
El 28 de mayo de 1888 era un día de sol y en la comunidad india Sac y Fox, en Oklahoma, decidieron que el nombre del nuevo integrante de la comunidad fuera acorde al clima: Wa Tho Huk (Sendero brillante). Y, al final, se trató de alguien que brilló. Y cómo. Jim Thorpe fue uno de los grandes deportistas de la historia de los Juegos Olímpicos. Su nacimiento, lugar y origen iban a tener una influencia directa en su destino.
"Señor, usted es el más grande atleta del mundo", le dijo el rey Gustavo V de Suecia mientras le estrechaba la mano. Él sólo atinó a sonreír y agradecer mientras miraba el piso con vergüenza. Acababa de ganar, con récords incluidos, dos medallas doradas en las disciplinas de pentatlón y decatlón (que tendrán lugar hoy en Londres) de los Juegos Olímpicos de Estocolmo 1912.
Fútbol americano, beisbol, básquet, lacrosse, natación, hockey sobre hielo, boxeo, tenis, arquería e incluso baile de salón. Thorpe practicó todos esos deportes. Y se destacó en casi todos como ningún otro. "Aquí y allá, hay personas que son dotadas de manera suprema. Mi memoria regresa a Jim Thorpe. Nunca practicó en su vida, ypodía hacer lo que fuera mejor que cualquier otro jugador de fútbol americano que jamás vi", declaró el presidente de Estados Unidos Dwight Eisenhower, quien en su época universitaria lo había enfrentado.
Indio Thorpe en Olimpiada; Piel Roja de Carlisle Competirá por Lugar en el Equipo Estadounidense", fue la primera vez que el diario The New York Times se refirió a él. A principios del siglo XX, en Estados Unidos no había espacio para algunos grupos étnicos. Los negros eran discrimnados (algo parecido le ocurrió a Jesse Owens unos años después), los indígenas también.
El COI le quitó las medallas por haber participado en partidos de beisbol profesionales (en esa época, el espíritu olímpico era puramente amateur). No tuvo nadie que lo protegiera, salvo él mismo: "Espero ser parcialmente perdonado por el hecho de que yo simplemente era un muchacho indio y no sabía nada de estas cosas. De hecho, yo no sabía que estaba haciendo algo malo, ya que sólo estaba haciendo lo que muchos otros universitarios habían hecho, excepto que ellos no usaron sus nombres".
Tuvo muchas dificultades para superar el destrato. Participó como extra en varias películas (hizo los papeles de doctor, explorador, vagabundo y cacique indígena), trabajó como vigilante de seguridad y hasta se unió a la Marina. Perdió la estabilidad. Se hundió en el alcohol para olvidar.
En 1950, en una encuesta de Associated Press fue elegido como el atleta más grande de la primera mitad del siglo XX en los Estados Unidos. Tres años después murió pobre y sin sus medallas. En 1982, cuando el deporte en los Juegos Olímpicos ya era puramente profesional, le devolvieron las preseas, 29 años después de su muerte y tras interminables reclamos. Las medallas originales terminaron en museos que, increíblemente, fueron robadas y continúan desaparecidas.
Fuente: Lucas Bertellotti